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Iniciar una academia de lenguas vivas – enseñar idiomas
Ya sea por necesidad o por hobby, aprender idiomas es algo que atrae a las personas. Tanto por el hecho de que mantiene sus mentes ocupadas e impide pensar en posibles problemas y preocupaciones, o porque da mucho prestigio el hecho de hablar varios idiomas, las personas se siguen volcando a esta milenaria actividad. Muchos son los idiomas que desde la legendaria Torre de Babel han sonado por el mundo. Gran parte de ellos se ha extinguido y otros sólo son dialectos que hablan ciertas tribus nativas y el resto del mundo no conoce. En cambio, existen muchos otros que se hablan y mucho, así es que te proponemos que inicies una academia de lenguas vivas y des al mundo mucho de qué hablar.
Requisitos para iniciar una academia de lenguas vivas
Siempre dependiendo del enfoque que le des a tu academia, necesitarás la habilitación del Ministerio de Educación de tu país o no. En caso de que ofrezcas cursos con diploma y enfocados a que los egresados consigan trabajo a partir de dichos diplomas, entonces sí, tramita la habilitación. En caso de que se trate de una academia con una impronta más informal y que apunte al conocimiento pero que el aval del mismo no sea lo que buscas, no será necesario. Si ofreces ambas opciones, lo cual sería ideal, ya que te permitiría captar todo tipo de público, por supuesto que será necesaria.
Lo que sí es indispensable es el registro de tu academia y el nombre de la misma, lo cual requiere de los trámites legales que toda empresa necesita al abrirse.
Idiomas a enseñar en una academia de lenguas vivas
Los idiomas clásicos de más demanda son: inglés, español, italiano, portugués, francés, chino y alemán, los cuales serán infaltables en tu academia de lenguas vivas. Sin embargo, hay otros idiomas que, al dedicarte de lleno al área, tampoco podrán faltar: polaco, finlandés, japonés, ruso, árabe, rumano y turco; pudiendo haber otros que tu clientela solicite o que quieras agregar.
Enfoques de la academia de lenguas vivas
Puedes enfocarla de dos formas y lo ideal es que incluyas ambas opciones.
La primera es que ofrezcas cursos sin presión alguna de avanzar. El alumno avanzará cuando llegue su momento y no tendrá ninguna necesidad del idioma, sólo lo hará por placer. Las tareas domiciliarias no serán obligatorias, sino un simple sugerencia para quien quiera avanzar más por su cuenta. Las lecciones se darán en un clima distendido y coloquial, dándose mucha importancia a las habilidades del habla y de la escucha, sin descuidar las otras, por supuesto.
La segunda opción es brindar un curso completo, con una determinada cantidad de años de duración y es para aquellas personas que necesitan a nivel laboral de un diploma o, que en su defecto, lo quieren obtener por realización personal. Los cursos serán exigentes y la escritura y lectura serán primordiales. Se rendirán pruebas y exámenes durante y al finalizar cada año. El programa deberá ser cuidadosamente elaborado por el docente a cargo y supervisado por ti, que aunque no conozcas el idioma, puedes pedirle que te lo traduzca y evalúas si contiene todo lo que un programa de idiomas de calidad debe incluir.
Es así de simple cómo debes organizar tu academia de lenguas vivas.